Los lentes de contacto (LC) esclerales han surgido como una opción efectiva para el manejo de córneas irregulares y patologías de la superficie ocular. El éxito en la adaptación de estos lentes depende, en primer lugar, de las características del diseño y su rendimiento en la visión, y, en segundo lugar, del cuidado y mantenimiento que el paciente proporcione. La deserción y las complicaciones serias suelen derivarse de un cuidado inadecuado.
En este sentido, Gloria Chiu (2024) realiza un análisis de elementos fundamentales vinculados a la seguridad de los LC esclerales. En su escrito, resalta la importancia de que los especialistas en lentes esclerales proporcionen a sus pacientes orientación detallada sobre los procedimientos correctos para la limpieza, el mantenimiento y sustitución de los lentes. Esto permite a los pacientes mantener la visión, el confort y la salud de la superficie ocular a lo largo del tiempo.
Aunque no se ha reportado una alta frecuencia de casos de queratitis microbiana (QM) en lentes de LC esclerales, se han observado reportes de casos de queratitis por Acanthamoeba en pacientes usuarios de lentes esclerales con queratocono. También se han documentado casos de queratitis no ulcerativa y episodios de ojo rojo agudo relacionados con LC (CLARE, por su sigla en inglés).
La presentación de eventos adversos asociados con LC esclerales ha sido atribuida a diversos factores, entre ellos: el uso prolongado de los lentes para favorecer la cicatrización de un defecto epitelial en un ojo con enfermedad severa de la superficie ocular, el almacenamiento inadecuado de los lentes en solución salina no conservada, la contaminación de estuches y dispositivos de inserción, la exposición al agua de piscinas, duchas y grifos y el sistema de desinfección inadecuado de los lentes y los estuches.
Por lo anterior, Chiu (2024) proporciona una guía de 14 pasos para el correcto manejo de los LC esclerales. Los pasos a describir son:
- Adaptación correcta del LC escleral: el primer factor del cual depende el pronóstico positivo de evitar eventos adversos es que el diseño y la adaptación del lente sobre la superficie sean óptimos.
- Instrucciones sobre el horario de uso: brindar un cronograma apropiado sobre el promedio de horas de uso por día evita las complicaciones por sobreuso. Es importante destacar que no existe un horario fijo para todos los pacientes; este debe ser recomendado por el profesional de manera personalizada según factores como la condición de la superficie ocular, espesor del lente, material, tratamiento, etc.
- Técnicas de mantenimiento al mediodía: como se ha descrito, la condición de emborronamiento al mediodía puede requerir la extracción y limpieza del lente en este período para reemplazar el reservorio líquido de la bóveda y restablecer la calidad de la superficie del lente. Lo anterior hace imprescindible que el paciente lleve consigo el kit completo de cuidado y mantenimiento de los LC esclerales que incluye: estuche, solución desinfectante, solución salina sin preservantes, estuche, dispositivo de inserción (copa de succión o chupa) y lubricante ocular apropiado.
- Lavado de manos: este se requiere siguiendo los 11 pasos de la ONU antes de manipular los lentes o cualquier elemento relacionado con el cuidado y mantenimiento
- No dormir con los LC puestos: con excepción de indicaciones precisas en las que el tratamiento de defectos epiteliales persistentes y manejo terapéutico lo requieran, dormir con los lentes puede provocar inflamación y eventos adversos relacionados debido a la hipoxia. y el estancamiento del intercambio lagrimal.
- Evitar el uso de lentes en la ducha, el mar, la piscina, el jacuzzi y el baño de vapor: la exposición a posibles contaminantes de estas fuentes puede aumentar el riesgo de eventos adversos e infecciones. Si la exposición es inevitable, se debe contemplar el uso de gafas protectoras herméticas para proteger la superficie ocular y evitar el ingreso de agua contaminada al sistema del reservorio.
- Educación en inserción y remoción: los pacientes necesitan recibir una capacitación rigurosa y, si es posible, una evaluación de la información suministrada sobre la inserción, extracción y cuidado de los lentes antes de salir del consultorio. Hay que recordar que las alteraciones en la manipulación del lente pueden conducir a daños en la superficie ocular de origen traumático.
- Identificación de burbujas: los pacientes deben poder identificar cuándo hay una burbuja dentro del reservorio de líquido. La correcta colocación nuevamente mejorará la comodidad y la calidad de la visión. Adicionalmente, debe tranquilizar al paciente cuando se presentan, informándole que es normal.
- Identificar el lente según el ojo: proporcionar aclaraciones sobre cómo identificar los LC derecho e izquierdo y la orientación adecuada evitará alteraciones visuales y en la superficie ocular derivadas de un lente inadecuado.
- Uso de medicamentos tópicos: educar a los pacientes para que se retiren los lentes antes de aplicar los medicamentos y que esperen 15 minutos antes de volver a colocarlos es imprescindible para conservar la calidad de la superficie del lente, garantizar la correcta absorción del fármaco y evitar el ingreso del fármaco al reservorio líquido de la bóveda. Esto con el fin de evitar futuras reacciones por toxicidad.
- Uso de lubricante ocular: se debe recomendar el lubricante apropiado; por ejemplo, si por la sensibilidad del paciente o el uso crónico se recomiendan lubricantes libres de preservantes. También se recomienda evitar el uso de lubricantes altamente viscosos que puedan afectar la visión del paciente.
- Entrega de material educativo al paciente: considerar el diseño y entrega de folletos informativos brindará al paciente toda la información relevante sobre los lentes a la mano, para una mayor comprensión y recordación sobre lo conversado en el consultorio. Esto evitará el olvido de información importante y dará más tranquilidad frente a todos los aspectos a tener en cuenta sin sentirse abrumados por una avalancha de información en un solo momento.
- Información de contacto de emergencia: se debe proporcionar a los pacientes instrucciones claras sobre cómo comunicarse con el especialista que los atendió en caso de que aparezca algún signo de alarma o evento ocular adverso. Es importante explicar al paciente cuáles serían estos signos entre los que se encuentran: dolor ocular, enrojecimiento, molestia constante con el LC o disminución de la visión.
- Consentimiento informado: revisar los objetivos y expectativas del tratamiento con lentes esclerales junto con los pacientes es preponderante. Los pacientes necesitan estar al tanto de los riesgos y posibles complicaciones del uso de lentes. Deben aceptar cumplir con el uso de lentes y regresar para las citas programadas, así como estar de acuerdo con seguir el proceso de adaptación, dispensación y seguimiento.
Chiu (2024) también brinda una guía de seis pasos relacionada con las soluciones de LC esclerales, a saber:
- Soluciones de limpieza: es probable que los pacientes requieran el uso de una solución limpiadora surfactante. De ser así, los pacientes deben ser alertados de que este tipo de soluciones debe evitar el contacto con el ojo y, por eso, estarán dotadas de una tapa roja.
- Solución de enjuague para lentes esclerales: la solución de limpieza previamente mencionada debe enjuagarse con solución salina. Se prefiere solución salina sin conservantes. Se debe evitar usar agua del grifo, debido al alto riesgo de contaminación con microorganismos agresivos como bacterias grampositivas resistentes, gramnegativas, invasión micótica y protozoaria.
- Solución para el reservorio líquido de la bóveda: los lentes solo deben llenarse con solución salina sin preservantes o lubricantes sin preservantes antes de la inserción.
- Solución salina sin preservantes: se recomienda la presentación de ampollas monodosis o multidosis con la debida manipulación evitando la contaminación. Esta solución puede usarse como mecanismo de enjuague de soluciones limpiadoras, desinfectantes y de recambio.
- Sistemas de cuidado con peróxido de hidrógeno: el peróxido de hidrógeno al 3% tiene una amplia actividad antimicrobiana. Los lentes deben sumergirse durante al menos seis horas en un estuche especial con un catalizador para neutralizar el peróxido. El peróxido de hidrógeno no neutralizado no debe tocar la superficie ocular, ya que puede causar toxicidad ocular y ardor. Es importante instruir al paciente adecuadamente en este aspecto.
- Solución de almacenamiento: cuando no estén en uso, los lentes deben almacenarse en una solución desinfectante aprobada o una solución multipropósito. Es importante recalcar en el paciente que esta solución debe renovarse todos los días.
Finalmente, Chiu (2024) provee una guía de siete pasos respecto al cuidado y mantenimiento de los lentes de contacto esclerales a saber:
- Limpieza y almacenamiento de lentes: es fundamental que los pacientes adquieran conocimientos sobre el procedimiento adecuado para la limpieza, desinfección y almacenamiento de los lentes. Esto implica la limpieza digital, enjuague y posterior almacenamiento en una solución y estuche apropiados. De no ser así, es posible que se generen depósitos en el lente. Los lentes de contacto pueden facilitar la transferencia de microorganismos a la superficie ocular, lo que incrementa el riesgo de desarrollar QM asociada con el uso de LC, así como inflamación en ojos susceptibles. Ver Figura 1.
Figura 1. Depósitos en lente de contacto escleral que rodean la zona óptica posterior.1
- Frecuencia de limpieza: la frecuencia con la que se realiza la limpieza es un factor importante a considerar. Es necesario que los pacientes realicen la limpieza y desinfección diaria de los LC al momento de retirarlos, o con una frecuencia mayor en caso de ser necesario un nuevo uso al mediodía, según lo mencionado anteriormente cuando el paciente presenta emborronamiento de mediodía.
- Rutina de enjuague: todos los pacientes deben saber que es imprescindible cada día retirar los lentes del estuche y enjuagarlos con solución salina sin preservantes antes de intentar el procedimiento de inserción.
- Estuches: después de retirar los lentes, es necesario limpiar y secar los estuches al aire. Estos deben ser reemplazados cada tres a seis meses, o de manera anticipada en caso de presentar suciedad o deterioro. Se ha reportado una correlación entre un incremento en la cantidad de microorganismos presentes en los estuches de almacenamiento y un aumento en la probabilidad de desarrollar QM relacionada con el uso de LC.
- Dispositivos de inserción y extracción: después de utilizar las herramientas de aplicación y extracción, es necesario limpiarlos con alcohol y luego almacenarlos en un lugar limpio y seco. Los elementos deben ser desechados cada tres a seis meses, al igual que los estuches, o según estado.
- Almacenamiento prolongado de lentes de contacto: los lentes pueden ser almacenados en un lugar seco cuando no se utilizan por varias semanas. Una vez realizada la limpieza y el enjuague correspondientes, se debe proceder a secarlos con un paño antes de guardarlos en un estuche limpio y seco. El profesional debe etiquetar correctamente las características de los lentes. Este aspecto dependerá de las leyes locales en términos de almacenamiento y dispensación de lentes de contacto de prueba.
- Folletos informativos y recursos: proporcione un folleto personalizado con instrucciones de mantenimiento y cuidado de los lentes. Chiu también expone la opción de referir a los pacientes a sitios web como sclerallens.org o mbfsl.org.
Con las recomendaciones promulgadas por Gloria Chiu, se tendrán mejores herramientas a la hora de informar a los pacientes y mantener un estricto cuidado de los LC esclerales, garantizando la correcta adaptación y el uso seguro.
Martín Edisson Giraldo Mendivelso.
Optómetra ULS, Magister Ciencias de la Visión. ULS.
Especialista en Segmento Anterior y Lentes de Contacto USTA,
FELLOW IACLE. Profesor Universidad CES, Medellín.
Adaptado de:
Chiu, Gloria. Caring is critical. Contact Lens Spectrum, june 1, 2024 vol 39, issue june 2024. page(s): 16-18, 20, 22,24-25
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