El espectro visible comprende una serie de longitudes de onda que se perciben en una gama específica de colores. La sensibilidad máxima se encuentra alrededor de los 555 nm, en la región verde de la luz visible. Este espectro abarca aproximadamente desde los 400 nm en el violeta hasta los 700 nm en el extremo rojo. Sin embargo, no es común ver una sola longitud de onda. En este sentido, la visión tricromática normal depende de tres clases de conos: los conos L, que son más sensibles a longitudes de onda largas, los conos M, a longitudes de onda medias y los conos S a longitudes de onda cortas del espectro. Este aspecto anatómico haría más simple la teoría de la percepción al color. Pero ¿qué tan complejo es realmente el procesamiento neurosensorial de la luz para que se puedan percibir los colores? (1,2)
De los tres tipos de fotorreceptores que existen, los conos, los bastones y las células ganglionares intrínsecamente fotosensibles, se sabe que los conos solo funcionan cuando la luz es lo suficientemente brillante. Sin embargo, cuando la luz se atenúa, los conos disminuyen su actividad. De hecho, se afirma que los conos no funcionan cuando la iluminación es muy baja (menos de 0.035 cd/m2). (2)
Debido a que son esenciales para la visión humana, los colores rojo, verde y azul se consideran clásicamente los colores primarios. Todos los colores que se perciben son el resultado de combinar estos colores en diferentes proporciones. La visión a color estereoscópica humana es un proceso muy complejo que aún no se ha comprendido por completo, a pesar de los estudios exhaustivos y los modelos experimentales. (2)
La córnea, el iris, la pupila, los humores acuoso y vítreo, un cristalino encargado del enfoque variable y la retina son algunos de los muchos componentes relacionados con la formación de las imágenes. La visión, entonces, depende del cerebro y su conexión con la red neuronal, los receptores y otras células especializadas. El primer paso en este proceso sensorial implica la estimulación de los fotorreceptores en los ojos, la conversión de estímulos o imágenes de luz en señales, y la transmisión de señales eléctricas que contienen información visual desde cada ojo hasta el cerebro a través de los nervios ópticos. Al final, las cortezas visuales del cerebro procesan esta información. (2)
De los diferentes interrogantes que existen acerca del procesamiento cerebral que conduce a la interpretación de la visión del color, se presentan diversas teorías. La primera de ellas es la teoría tricromática, la cual proporciona una explicación del funcionamiento de la visión del color a nivel de los receptores. Según esta teoría, los tres fotorreceptores influyen en la visión del color. En este sentido, se postula que las fibras nerviosas de la retina no están compuestas por tres moléculas pigmentarias, sino por tres tipos diferentes de células receptoras que reaccionan a diferentes intensidades de los rayos de luz que cubren todo el rango de luz visible.
La teoría tricromática fue principalmente desarrollada por Helmholtz. Su primer aporte analiza la absorción en la superficie de un objeto en términos de capas de filtros delgadas, lo que explica la diferencia entre la mezcla de colores aditiva y sustractiva. Se demostró que la mayoría de las longitudes de onda tenían colores complementarios, excepto en una zona del espectro verde donde el púrpura era el color complementario. Además, se observó que la combinación de la pareja de colores conocidos como colores complementarios se combinan para producir luz blanca. (2)
Otra teoría acerca de la percepción de los colores es la del proceso oponente, propuesta por Ewald Hering. En esta teoría, Hering rechazó la hipótesis de una tríada de receptores sensibles al rojo, verde y azul, argumentando que esta idea no explica la impresión subjetiva de que el color amarillo es tan puro y primitivo como el rojo, verde y azul. Hering señaló que, como resultado de mezclar ciertos colores en diferentes proporciones, se forman nuevos matices que constituyen una transición tonal entre ellos, pero la mezcla de otros no produce tales efectos.2 Hering concluyó que en la retina hay células que crean pares responsables de la percepción de colores opuestos, como rojo más verde y azul más amarillo, que se mezclan entre sí para crear nuevas tonalidades colorimétricas, no formas intermedias. El respaldo para el concepto de colores opuestos de Hering es la experiencia de una imagen después del color, también llamada postcontraste. Este fenómeno es un tipo de ilusión visual que surge de la estimulación a largo plazo de diferentes partes de la retina con diferentes colores. (2)
Como complemento a las teorías previamente mencionadas, existe una tercera teoría conocida como la teoría de las zonas. En donde George Elias Müller introdujo el concepto de zonas de codificación de colores en la vía visual. Esta propuesta sugiere lo siguiente: la primera zona está asociada con la reactividad de los fotorreceptores retinianos rojos, verdes y azules. La segunda zona corresponde a la vía visual que se extiende desde el segmento de la retina hasta la corteza cerebral y la tercera zona está relacionada con la actividad de las estructuras corticales.
La primera zona, que incluye estructuras dentro de la retina del ojo, así como los receptores de tipo L, M y S, fue descrita en parte por Young y Helmholtz como parte de la teoría tricromática de la visión del color. La segunda zona está relacionada con la estructura de las conexiones y la actividad de las células ganglionares, que transmiten la señal desde la retina hasta el cuerpo geniculado lateral y luego a las estructuras corticales del cerebro. Los datos de los fotorreceptores se organizan en esta sección exactamente como lo describió Hering en su teoría de procesos opuestos. Finalmente, la tercera zona de codificación de colores abarca las áreas corticales del cerebro, desde las áreas moteadas en V1 (corteza estriada) hasta la estructura V4 en los lóbulos temporales.
Hasta ahora, se ha observado la relación entre estas teorías y su aproximación a la explicación del porqué se ven los colores. Como se mencionó, aún hay mucho por descifrar en el fascinante y complejo mundo de la interpretación y la percepción visual.
Referencias
1. Bosten JM. Downloaded from www.annualreviews.org Access provided by 179. 2022;1(2). Available from: https://doi.org/10.1146/ annurev-vision-093020 2. Grzybowski A, Kupidura-Majewski K. What is color and how it is perceived? Clin Dermatol. 2019 Sep 1;37(5):392–401.
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