Impacto del tamizaje visual realizado a comunidades de Bucaramanga y su área metropolitana por la Facultad de Optometría de la Universidad Santo Tomás en el segundo periodo del 2017.

Diana Cristina Palencia Flórez
MSc en Epidemiologia – Docente Facultad de Optometría
Silvia Juliana Durán Santos – Laura Ximena Roa Reyes
Estudiantes Facultad de Optometría. Universidad Santo Tomás

INTRODUCCIÓN
Las instituciones prestadoras de servicios de salud realizan jornadas de evaluación del estado físico de las personas desde diferentes disciplinas médicas, aspecto que se define en la Resolución 2003 de 2014 como: “Conjunto de actividades en salud que se desarrollan de manera puntual y esporádica en infraestructuras físicas no destinadas a la prestación de dichos servicios o en Centros de salud en áreas de difícil acceso”.1
De manera particular, la Facultad de Optometría de la Universidad Santo Tomás (USTA) desde hace aproximadamente 20 años viene realizando jornadas de tamizaje visual en la población santandereana; labor que se desarrolla teniendo en cuenta que la persistencia de los problemas visuales es debida a la falta de sensibilización, detección y tratamiento, situaciones que se agudizan dado que una parte de la población santandereana no tiene acceso a nuevas tecnologías que contribuyan a obtener diagnósticos oportunos.2 Por esa razón surge la necesidad de establecer un escenario epidemiológico y etiológico, para poder realizar un buen manejo clínico, orientado a acciones de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las condiciones que afectan la salud visual.2
En el segundo semestre del año 2017 la Facultad de Optometría realizó más de 34 jornadas en las cuales se atendieron 2065 personas, 1285 fueron remitidas a interconsulta de optometría integral. Sin embargo, son pocos los datos que se conocen acerca del impacto generado por dichas intervenciones, situación que llevó a plantear como pregunta de investigación ¿Cuál es el impacto del tamizaje visual realizado por la Facultad de Optometría de la Universidad Santo Tomás en el segundo periodo del 2017? Cabe resaltar que, al conocer el impacto de dichas jornadas será posible identificar de qué manera se está influyendo en la salud visual de los participantes en términos sociales y económicos, pues hay que considerar que las patologías oculares afectan el desarrollo de actividades de la vida diaria y tienen un efecto directo en el desarrollo tanto personal como profesional de los individuos.


MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional descriptivo tipo corte transversal.
Selección y descripción de participantes: se incluyeron residentes de Bucaramanga y su área metropolitana de zona tanto urbana como rural, que participaron de las jornadas de tamizaje (Ver Fotos).
Se excluyeron los pacientes que no contaran con información completa en la historia clínica de tamizaje y aquellos menores de edad. Se calculó una muestra de 93 participantes teniendo en cuenta una frecuencia de 5,45% de enfermedades no trasmisibles de ojos y anexos.3
Análisis estadístico: Se evaluaron características sociodemográficas y variables clínicas del segmento tanto anterior como posterior del globo ocular.

Adicionalmente, se aplicó una encuesta en la que se preguntó sobre la calidad de información al momento de la intervención, frecuencia de asistencia a interconsulta y de adquisición de ayudas ópticas y tratamiento.
Se inició con el análisis descriptivo en el cual se calcularon frecuencias, medidas de tendencia central y de dispersión atendiendo a la naturaleza de las variables.
Durante el desarrollo de la propuesta se respetaron los principios éticos establecidos en la Declaración de Helsinki y en la Resolución 8430 del Ministerio de Salud de Colombia.


RESULTADOS
El total de los participantes eran residentes de zona urbana, habitantes del municipio de Bucaramanga en un 56.99%. El 49,46% eran estudiantes Sena, en un 56.99% eran de estrato socioeconómico.1 El 76.34% eran de género femenino y tenían una mediana de edad de 27 años. Al examen visual se reporta normalidad para la mayoría de la población en las variables de: agudeza visual, oftalmoscopía y Cover Test.
Como impresión diagnostica refractiva se encontró astigmatismo en 65,59%, y el 11.83% presentaban pterigión. Al aplicar la encuesta el 96.77% de los participantes consideró que la atención brindada el día de la intervención fue buena, el 98,9% refieren que la información brindada sobre su diagnóstico y posible solución fue apropiada, pese a ello el 77,42% no asistió a ninguna institución para resolver su diagnóstico, debido a la falta de tiempo, identificada como la principal dificultad con una frecuencia de 72,12%. Así mismo, el 83,87% considera que el diagnostico que se le dio no afecta su vida.
Al efectuar el cruce de variables se concluye que no existe relación entre la impresión diagnostica refractiva y la asistencia del paciente a alguna institución de salud, debido principalmente a que la mayoría tenían defectos refractivos bajos. Así mismo, no se encontró relación entre el estrato socioeconómico y la asistencia a consulta, hecho que se podría explicar dada la poca variabilidad que se presentó en la variable estrato. Se concluye que existe una relación estadísticamente significativa entre la falta de tiempo o las dificultades económicas y la inasistencia a consulta.

DISCUSIÓN
En este estudio se evidencia que las personas de estratos socioeconómicos bajos (1 y 2) en un 70% no asistieron a ninguna institución de salud para resolver su diagnóstico, debido principalmente a la falta de tiempo. Contrario a esto en un estudio realizado en México se evidencia poca participación de la comunidad debido a falta de recursos económicos y de atención primaria en salud visual, registrando valores altos de deficiencia visual, y evidenciando que, al no haber intervención, los niveles de ceguera y alteraciones visuales aumentan.4
En el presente estudio el 73% de los participantes no adquirieron el tratamiento debido a que el 64% considera que el diagnóstico dado al momento de la consulta no era un problema para su vida, en parte porque la mediana de edad de los participantes fue de 27 años y no reportaban mala agudeza visual. Se considera que, si este tipo de intervenciones se realizara en los primeros años de vida o en personas mayores de 50 años, posiblemente los resultados evidenciarían un impacto mayor del diagnóstico en el nivel de vida.
Así mismo, cabe reconocer que aunque el tamizaje visual es una estrategia para detectar patologías oculares y visuales oportunamente, la falta de educación, conciencia y sensibilización sobre el cuidado ocular y visual, interfiere en la frecuencia de asistencia a instituciones de salud para resolver el diagnóstico, hecho que se evidencia en un estudio realizado en Manizales en población mayor de 60 años, donde se concluye que la no adquisición de tratamientos está relacionada con la falta de información clara sobre el diagnóstico.6 Por otra parte, se demuestra que en jornadas en las que se garantizan intervenciones hay un mejoramiento en la calidad de vida de las personas como se demuestra en la Misión Milagro en salud visual de latinoamericana5 cuyo fin era prevenir y tratar las principales causas de ceguera, incrementar la formación de recurso humano con la más alta tecnología y promover el proceso investigativo. Del desarrollo de dichas jornadas se concluye que es necesaria una nueva cultura médica científico-tecnológica, que se responda con las exigencias y demandas de la actualidad, ya que las afecciones visuales, como la ceguera y la baja visión se constituyen en un problema social.5

Es necesario acompañar con campañas de educación, que contribuyan a dar información clara y precisa sobre los principales diagnósticos que comprometen la salud visual

CONCLUSIONES
El servicio brindado en las jornadas de tamizaje visual fue adecuado y pese a haberse registrado por auto-reporte claridad en la información relacionada con el diagnóstico, no se evidencia alta frecuencia en la asistencia a instituciones de salud para resolver dicho diagnóstico. Por tanto, se considera que es necesario acompañar las jornadas de tamizaje visual con campañas de educación, que contribuyan a dar información clara y precisa sobre los principales diagnósticos que comprometen la salud visual.

AGRADECIMIENTOS: Dra. Mónica Janeth Moreno Valero, estudiantes de la facultad de optometría que participaron en la valoración de los pacientes, Unidad de responsabilidad social de la USTA.

REFERENCIAS
1. Ministerio de Salud y Protección Social [página de internet]. Colombia: Orientaciones para el desarrollo de Jornadas de Salud en el marco del Plan de Salud Pública de Intervenciones Colectivas – PIC; [Actualizado octubre del 2015].
2. Organización mundial de la salud [página de internet]. Ginebra: Sight test and glasses could dramatically improve the lives of 150 million people with poor vision.
3. Ministerio de Salud y Protección Social [página de internet]. Colombia: análisis de situación de salud visual en colombia 2016, Convenio 519 de 2015.
4. Sánchez R, Hernández L, Espinoza A. Agudeza visual en alumnos de medicina en una universidad privada de Puebla, México. Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla; Coordinación de Investigación. Departamento de Ciencias de la Salud. Puebla, México. Publicación: marzo 14 de 2016. 5. Eglis Esteban García AlcoleaI; Rebeca Lahera CabralesI. Influencia de la Misión Milagro en la salud visual latinoamericana. 2010.
6. Botero, Beatriz Eugenia, Agudelo, Luz Marina, Características de la atención en salud para los mayores de 60 años en Manizales. Colombia Médica

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