José Luis Monroy, OD.
Editor, Área de Control de Miopía
Siendo un problema a nivel mundial, dado en todas las latitudes, pues así mismo debemos de enfrentarlo, es decir, que todos los involucrados en esta problemática tenemos la obligación de contribuir con nuestro grano de arena para luchar contra esta pandemia e intentar disminuir las complicaciones asociadas a una miopía desbordada, lo cual, como se ha comprobado, puede llevar a un impedimento visual severo en la edad adulta o incluso a la ceguera.
De una u otra forma todos tenemos una responsabilidad con respecto a cómo abordamos el manejo de la miopía, es cierto que esto será a diferentes niveles de acuerdo con quien sea el involucrado en este asunto. Podríamos comenzar a mencionar al jugador principal que es el mismo paciente e inmediatamente después a sus familiares, quienes deben actuar de manera inmediata al primer signo de mala visión del paciente y acudir con el especialista de salud visual. Probablemente nosotros, como optómetras y los oftalmólogos podríamos tomar el segundo lugar pues el paciente que aqueja visión disminuida acudirá para saber qué ocurre, cuál es su diagnóstico y cuál será su manejo. En este punto pueden suceder muchas cosas, desde el profesional que simplemente da una prescripción óptica hasta aquel que lleva a cabo toda la valoración del caso y finaliza con la recomendación y aplicación de un tratamiento adecuado y eficaz para el problema del paciente.
Lo he mencionado con anterioridad y lo repito de nuevo: todos los profesionales de la salud visual debemos de ser responsables de actuar apropiadamente ante un niño con miopía. Ya no hay excusas. Aun los especialistas que no quieran o no puedan tomar acción inmediata tienen la opción de referir al paciente con un colega que pueda tratar el caso. Los oftalmólogos, muchos de ellos ya están conscientes de la importancia del manejo de miopía, inclusive desde las grandes instituciones y asociaciones como la Academia Americana de Oftalmología, ya tienen publicaciones que indican la forma correcta de proceder. Podremos encontrar algunos profesionales que no crean, son escépticos, no confían… pues es también nuestra responsabilidad informar con bases científicas el porqué es importante atender estos casos y apoyar con publicaciones de alto nivel nuestros argumentos.
Quién más podría estar involucrado es esta problemática, pues muchos profesionales que a lo mejor no de manera directa podrían tomar acción, pero sí ayudar en la detección temprana de un posible paciente con miopía. Por mencionar algunos: maestros, pediatras, psicólogos, es decir, cualquier persona cercana a un niño incluyendo sus mismos amigos.
¡¡Así que todos estamos involucrados!!
