La queratitis por Acanthamoeba es una infección de la córnea que pone en peligro la visión y cuyo tratamiento supone un reto incluso para los especialista en córnea experimentados. Comprender cómo se transmite la Acanthamoeba al ojo, la colonización de los estuches de lentes de contacto y la respuesta a los sistemas de solución para el cuidado de los lentes de contacto (SCLC) es de vital importancia para reducir el riesgo de pérdida de visión de los usuarios de LC.

Recientemente se publicó un estudio en el que se examinó el comportamiento de la Acanthamoeba durante y después de la desinfección con SCLC. (1) Se añadieron amebas a celdas de flujo de aluminio estériles y se cambiaron las soluciones de las celdas de flujo a solución de Ringer (control) o a uno de los cuatro SCLC basadas en biocidas (polihexametilenbiguanida [PHMB], poliaminopropilbiguanida [PAPB]/poliquaternio-1, policuaternio-1/miristamidopropil dimetilamina o policuaternio-1/alexidina) durante seis horas. A continuación, cada solución de celda de flujo se cambió a un medio de cultivo axénico (AC6) durante 12 horas para determinar el comportamiento de las amebas tras la desinfección.

Los resultados de los análisis revelaron que cada SCLC afectaba significativamente a la motilidad de la Acanthamoeba tanto en condiciones de SCAC como de AC6. Sin embargo, las amebas atacadas con el SCLC PHMB recorrieron una distancia total significativamente mayor que con los otros tres SCLC, lo que indica diferencias de eficacia entre los biocidas. Además, se observó que las amebas que recuperaban la motilidad tras la desinfección con SCLC recorrían distancias considerables, por lo que podrían considerarse peligrosas para la salud ocular.

Los investigadores determinaron que, si bien todos los SCAC producían un cese sustancial o completo del movimiento durante la desinfección, en comparación con la condición de control, los que se basaban en los biocidas de policuaternio-1 eran los más eficaces, y que las amebas que sobrevivían a la desinfección eran capaces de recuperar la motilidad. Sugirieron que los futuros exámenes de estos resultados deberían incluir correlaciones directas entre la motilidad y la viabilidad, así como la forma en que la infectividad y la motilidad pueden estar relacionadas.

Los resultados de este estudio sugieren que es probable que los SCAC actuales no sean plenamente eficaces para abordar el riesgo de queratitis por Acanthamoeba y el consiguiente riesgo de pérdida de visión. Es necesario seguir investigando y desarrollando los SCAC. Sin embargo, hasta entonces, se debe hacer todo lo posible para reducir el riesgo de exposición del paciente al organismo. Para lograr este objetivo, se puede influir en el comportamiento de los pacientes mediante una educación adecuada por parte de sus profesionales de la visión.

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