Existen numerosas enfermedades sistémicas que involucran varios órganos o todo el cuerpo, muchas de estas también pueden afectar los ojos, debido a que estos están compuestos de muchos tipos diferentes de tejido, característica única que hace que los ojos sean susceptibles a una amplia variedad de enfermedades y proporciona información sobre muchos sistemas del cuerpo. Casi cualquier parte del ojo puede dar pistas importantes para el diagnóstico de enfermedades sistémicas. Los signos de una enfermedad sistémica pueden ser evidentes en la superficie exterior del ojo (párpados, conjuntiva y córnea), en la parte media y en la parte posterior (retina). (1)
El nervio óptico y los movimientos oculares a menudo reflejan cambios en el sistema nervioso central. Esto se debe a que una gran parte del cerebro ayuda a proporcionar información visual y controla los movimientos oculares. El ojo es el único órgano del cuerpo en el que se pueden ver directamente los vasos sanguíneos y la salud de estos indica el estado de los vasos sanguíneos (arterias y venas) de todo el cuerpo. (1)
En ocasiones, la afectación ocular se presenta como síntoma primario, como la úlcera corneal periférica en el caso de la granulomatosis de Wegener, la artritis reumatoide o la afectación ocular es secundaria a enfermedades sistémicas, por ejemplo, la angiopatía retiniana relacionada con la hipertensión. (2)
Pero ¿qué enfermedades sistémicas afectan más comúnmente al ojo? (3)
Condiciones endocrinas/metabólicas
Diabetes mellitus: afecta los vasos sanguíneos pequeños y puede ser particularmente destructiva en el ojo. Hay reducción del suministro de sangre debido a la obstrucción de los vasos sanguíneos pequeños que conduce a un suministro deficiente de oxígeno, junto con un aumento de la glucosa en la sangre. El resultado final es un daño hipóxico en los tejidos del ojo, particularmente en la retina. La diabetes también causa cataratas.
Hipertensión: los cambios son el resultado de la aterosclerosis inducida por la hipertensión que bloquea los pequeños vasos sanguíneos de la retina. En casos extremos se desarrolla papiledema, probablemente debido a un aumento de la presión intracraneal.
Hipotiroidismo: la enfermedad de Graves puede causar proptosis, que podría ser el primer signo de la afección. Esta puede ser unilateral o bilateral. Las complicaciones oculares de la enfermedad ocular tiroidea pueden incluir ulceración corneal y pérdida visual.
Condiciones inflamatorias y autoinmunes
Artritis reumatoide: a menudo produce episcleritis, escleritis y ojos secos. Lupus eritematoso sistémico: queratoconjuntivitis sicca, queratitis ulcerosa y (raramente) escleritis, vasculitis retiniana o neuropatía óptica. Artritis reactiva: con conjuntivitis y uveítis.
Síndrome de Sjögren: más comúnmente produce queratoconjuntivitis sicca, ocasionalmente epiescleritis o escleritis.
Esclerosis múltiple: con endurecimiento de los párpados y las telangiectasias son comunes. Arteritis de células gigantes: la inflamación de las arterias pequeñas puede causar una pérdida visual transitoria o permanente unilateral súbita.
Artritis psoriásica: puede estar asociada a uveítis, conjuntivitis, queratitis o queratoconjuntivitis sicca.
Síndrome de Stevens-Johnson: es frecuente la conjuntivitis; también, puede haber uveítis anterior leve, queratopatía punteada superficial y (raramente) panoftalmitis.
Condiciones infecciosas
Toxoplasmosis: puede causar retinocoroiditis. La infección activa en el ojo es más común cuando hay una inmunodeficiencia como el SIDA o después de un trasplante.
Infecciones fúngicas del ojo: estas pueden conducir a una inflamación severa, con pérdida visual. Son inusuales en individuos sanos y su presencia sugiere inmunodeficiencia o uso de drogas por vía intravenosa.
VIH/SIDA: hay muchas características oftálmicas asociadas con el SIDA: enfermedad externa: sarcoma de Kaposi (párpados y conjuntiva), múltiples lesiones por moluscos, herpes zoster oftálmico severo, carcinoma de células escamosas. Córnea: virus del herpes, queratoconjuntivitis por microsporidios, queratitis bacteriana y fúngica, queratitis por citomegalovirus. Diversas formas de uveítis, generalmente graves. Retinitis, retinopatía por VIH, coroiditis, linfoma intraocular de células B. Problemas neurooftalmológicos, como parálisis de nervios craneales, anomalías pupilares, estrabismo, defectos del campo visual y alucinaciones visuales.
Condiciones hematológicas
Anemia: con hemorragia, manchas algodonosas, hemorragia subconjuntival y, si la vitamina B12 es baja, puede ocurrir neuropatía óptica.
La enfermedad de células falciformes y las talasemias: pueden provocar enfermedades oculares. Los problemas incluyen oclusiones vasculares, anastomosis y proliferación, hemorragia vítrea y desprendimiento de retina.
Estados de hiperviscosidad: pueden causar hemorragias, manchas algodonosas y cambios en las venas de la retina.
La policitemia y el mieloma múltiple: pueden causar inflamación del disco óptico, así como quistes en el iris y el cuerpo ciliar. También pueden aparecer cristales corneales.
Leucemia: hallazgos similares a la anemia, así como cambios en la pigmentación de la retina (‘manchas de leopardo’) y hemorragia espontánea. La infiltración da como resultado una variedad de síntomas dependiendo de dónde ocurra.
Condiciones de la piel
Rosácea: muchos pacientes tienen blefaritis crónica y chalazión recurrente. Ocasionalmente también hay conjuntivitis severa y queratitis.
PROTECCIÓN OCULAR
Para cualquiera de los problemas oculares mencionados, los profesionales de la salud ocular y visual en colaboración con otros especialistas de la salud juegan un papel importante en el tratamiento de las enfermedades sistémicas que afectan los ojos. Dependiendo de la condición, puede ser necesario un tratamiento sistémico y el tratamiento oftálmico variará según la causa. Además, es muy importante, proteger los ojos de la radiación ultravioleta, el deslumbramiento, la luz azul y de los traumatismos.
Cuando hay problemas de sensibilidad y deslumbramiento se puede ayudar a los pacientes al evaluar su nivel de sensibilidad a la luz y educarlos sobre la importancia de su manejo.4 Luego prescribir lentes de alta calidad óptica que proporcionen el nivel adecuado de protección contra la luz para el estilo de vida de cada persona. Los recubrimientos antirreflejos y de protección UV y luz azul dañina en los lentes protegerán los ojos de los rayos UV y el deslumbramiento, lo que les permitirá ver más claramente a través de diferentes niveles de luz.
Para los pacientes sensibles a la luz, un lente fotocromático por ejemplo (Transitions) puede ser una buena solución porque proporcionan protección ocular contra los rayos UV y la luz azul dañina en exteriores, pero incluso puede usar la corrección en lentes Transitions que los proteja tanto en exteriores, como en interiores y frente a las pantallas. Estos lentes se encuentran disponibles en una amplia gama de materiales y diseños.
REFERENCIAS
- The Eye in Systemic Disease
https://chicago.medicine.uic.edu/departments/academic-departments/ophthalmology-visual-sciences/our-department/media-center/eye-facts/systemic-disease-and-the-eye - Nowinska AK, Machalińska A, Módis L, Koprowski R, Rechichi M. Ocular Manifestations of Systemic Diseases. J Ophthalmol. 2018 Oct 24;2018:7851691. doi: 10.1155/2018/7851691. PMID: 30647963; PMCID: PMC6311821.
- The role of the eye in diagnosing systemic disease
https://patient.info/doctor/eye-in-systemic-disease - trade.transitions.com/resources/public/10662/LightSensitivity_White%20Paper_WEB.pdf