La moda evoluciona de manera natural e incorpora o resurgen colores formatos y texturas. Cada año es un nuevo chance de tomar lo mejor del pasado para combinarlo con ideas disruptivas y nuevas tecnologías que definen las tendencias de cada temporada. Es sencillo reconocer una nueva tendencia, fácilmente notamos cómo las distintas marcas asimilan un estilo, muchas veces creado por ellos mismos y otras veces aportan su impronta o identidad de marca a un estilo que ya existía.
Las gafas de sol no son la excepción a la regla, cuando determinado diseño, material o color pasan a ser tendencia, cada firma busca incorporar esa tendencia dándole su sello. En mi experiencia como diseñador de monturas, cada año tengo la oportunidad y responsabilidad de hacer más de cien modelos nuevos; lo más apasionante y a la vez difícil de mi trabajo es volcar las tendencias al perfil de cada marca, siendo leal a su propio estilo.
El buen diseño es atemporal y eso aplica a todo, un Jaguar E-Type jamás dejará de ser un hermoso auto y un objeto de deseo, un Little Black Dress es un must que no falla para estar elegante, un sillón Chester siempre será el mueble perfecto para realzar un ambiente.
Con las monturas sucede lo mismo: hay diseños que datan del comienzo de la industria óptica y no solo se han vuelto icónicos en sí mismos, sino que generaron estilos que son atemporales. Por ejemplo, en los años 30 la fuerza aérea de EE. UU. le pidió a Bausch & Lomb unas monturas livianas para sus pilotos y así nació su mítico modelo Aviator de Ray Ban. En 1999 Bausch & Lomb vende la marca a Luxottica, a la que le encanta coleccionar íconos y así es que hoy sigue comercializándose el más famoso modelo de monturas de sol.
Sin embargo, el modelo Aviator no solo es icónico por su diseño e historia, sino que se transformó en clásico y atemporal y por eso vemos que casi todas las marcas tienen una variante propia del mismo estilo: más grandes, más chicos o con miles de detalles que no cambian su esencia.
Este es solo un ejemplo que se replica en casi todos los modelos icónicos como el Wayfarer de Ray Ban que tiene una historia idéntica a la del Aviator pero en la década del 50’, o las 649 de Persol que fueron popularizadas por Steve McQueen en su versión plegable Persol 714 o las clásicas Manhattan de Oliver Goldsmith popularizadas por Audrey Hepburn en Breakfast at Tiffany’s.
Los ejemplos son un montón: si miramos hacia atrás la historia siempre va a ofrecernos un clásico inoxidable y si la tendencia hace que esos hitos resurjan, rescatándolos y aggiornandolos con un diseño actualizado, y aportándole el distintivo de cada firma, vamos a estar seguros de estar diseñando una pieza que nunca va a pasar de moda.