Con gran satisfacción a lo largo de estos últimos meses me he encontrado con remisiones oportunas de varios colegas y órdenes de estudios complementarios por sospecha de glaucoma, en estas se solicita campos visuales computarizados, tomografías de nervio óptico, ultrabiomicroscopia entre otros y de ahí la alegría que me invade, porque en el medio optométrico hemos entendido este enemigo silencioso que es el glaucoma, comprendimos que es la causa de ceguera más frecuente en el mundo y que la incidencia de la misma cada vez es mayor.

Ahora bien, lo mismo debería pasar con la enfermedad de ojo seco, la cual está presentando un incremento alarmante, solo en Colombia se está hablando de un 35% de la población con esta patología, y de acuerdo con estos cambios, deberíamos ser más cuidadosos en nuestra consulta con la enfermedad de ojo seco. Entonces, como con el glaucoma, no debemos esperar estadios tardíos para actuar, el manejo inicial y oportuno nos permitirá obtener mejores resultados.
Dentro de nuestra consulta debemos optar por los protocolos mínimos para determinar la sospecha de la enfermedad de ojo seco, DEWS 2017 nos describe claramente los tres test básicos para identificar dicha alteración: NITBUT no invasivo, tinciones vitales y la medición de la osmolaridad, donde sin lugar a dudas, de estos tres marcadores de homeostasis, dos son muy fáciles de realizar en el consultorio.

Ahora bien, si encontramos alteración en los marcadores de homeostasis tenemos en la actualidad las mejores ayudas y exámenes de diagnóstico para poder evidenciar la etiología de la patología. Exámenes complementarios como meibografia, citología, medición de la metaloproteinasa, test de Roland Ferning, entre otros, nos aclaran el panorama y así podemos direccionar al paciente hacia su mejor tratamiento.

Debemos tener en cuenta que el manejo de esta enfermedad no solo se hace con el uso de lubricantes, es una enfermedad multifactorial y como se describe en el título de esta editorial, es una responsabilidad compartida, nosotros hacemos parte de este grupo interdisciplinar donde se involucra oftalmología, dermatología, reumatología, internista y nutricionista.

La prevención se encamina hacia el ojo seco de origen evaporativo, cuyo origen es totalmente ocular, donde la disfunción de glándulas de meibomio es la etiología más frecuente, pero el aumento de enfermedades autoinmunes asociadas a ojo seco de origen acuodeficiente está presentando cifras muy preocupantes y ahí es donde nuestro papel clínico es clave para hacer diagnósticos oportunos, remisiones a tiempo y manejo integral de la patología.

Como se hizo a nivel de glaucoma, estamos comprometidos con la salud visual de la población, la enfermedad de ojo seco nos invade y debemos actuar a tiempo.

Julián Triviño OD
Especialista en Segmento Anterior y LC
Especialista en Administración de Salud y Seguridad Social
Editor del Área de Exámenes Diagnósticos
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