Javier Oviedo OD.
Director
@javieroviedo

La presencia de la miopía en el mundo ha generado una gran preocupación en la comunidad internacional dedicada al cuidado de los ojos, incluye profesionales de la visión, científicos, investigadores, agremiaciones e industria, sus avances, información y expectativas, en otras regiones del mundo, han despertado un gran interés en nuestro sector en América Latina.
Me aventuro a afirmar que se ha generado una euforia clínica “teórica colectiva” en nuestro gremio; se han creado interesantes grupos profesionales, reuniones entre líderes clínicos, eventos, conferencias, artículos y propuestas de métodos de atención, de diagnóstico y alternativas de solución que han logrado un efecto muy positivo, entrar en ESTADO DE ALERTA sobre la nueva interpretación de la miopía.
Y precisamente, quiero llamar la atención sobre nuestra INTENCIÓN, todo este interés que se ha generado desde diferentes fuentes. Sobre nuestra PREPARACIÓN, ¿estamos profesionales y establecimientos clínicamente listos para diagnosticarla? Sobre nuestra ACCIÓN, aplicar métodos y productos que lleven la intención y preparación a la práctica para mantener la salud ocular y mejorar la calidad de vida del paciente.
Las cifras sobre el porcentaje de miopes en la población latina son una incógnita, he podido entrevistar optómetras clínicos, docentes, directivos de instituciones de atención masiva y el reporte de la mayoría es que, a pesar que hay más miopes, aún la prevalencia en el continente es baja, superada por el astigmatismo en sus diferentes versiones y en varias regiones, por la hipermetropía. De estas conversaciones, de una parte, registro que la cantidad de miopes no ha aumentado tanto, como si está pasando con la cantidad de personas con pseudomiopía, lo preocupante es que es una condición que aún está recibiendo manejo refractivo con el pensamiento tradicional, corregir una miopía que muy posiblemente no lo es. Así que toda la intención y preparación, está pasando directamente a la acción tradicional.
De otra parte, hay un gran énfasis en entender las presentaciones de la miopía en las diferentes etapas de la vida del ser humano y sus implicaciones en todo el sistema ocular, para poder tratarla. Por ejemplo, casos de miopías de valor normal que pueden llegar a ser altas y alterar la estructura anatómica ocular, las aparentes miopías que realmente son hipermetropía, las emetropías o hipermetropías que llegarán a ser miopía, el ser humano que aún no ha nacido y que podemos prever que viene destinado a ser miope.

El concepto miopización de la población tiene una profundidad clínica y realidad presente impresionantes, pero registro mi sensación que muchos profesionales nos que damos en la euforia clínica teórica de la intención debido a que las cifras aún no son escandalosas. Corregir la miopía hoy va mucho más allá de pensar en encontrar la prescripción óptica y sistema de corrección ideal, el concepto manejo clínico nos obliga a entender integralmente la vida del paciente, a revisar de manera metódica sus sistema muscular ocular, a superar la tendencia adictiva de corregir con base en el dato que arroja un autorrefractómetro para darle más importancia a nuestro análisis refractivo que puede incluir el uso de fármacos diagnósticos y por tanto, si no pueden ser usados directamente por el optómetra, se haga de la mano con el oftalmólogo.
Está demostrado que tenemos la intención sobre el manejo del tema, la preparación, todos esperamos que sí, porque es el paso obligado para tener la acción justa en donde entran en juego los elementos que usaremos para hacer el manejo clínico. Hablamos de diversos tipos de lentes de contacto, componentes farmacológicos útiles en un inicio y que podrían tener un efecto rebote después del tiempo de uso, de lentes oftálmicos con diferentes diseños y por supuesto de hábitos saludables. Sin embargo, nos estamos quedando en el tema de los hábitos saludables, porque además de no seguir, desde ahora, los protocolos de análisis y diagnóstico, tampoco es fácil obtener en América Latina los productos que acompañen nuestra decisión clínica.
Lo que está sucediendo desde hace varios años es clínicamente profundo y es una gran oportunidad para la Optometría latinoamericana. Aunque las cifras de prevalencia de miopía en América Latina no sean altas como en otras regiones, el estado de alerta no es hacia el futuro cuando más y más personas sean verdaderos miopes, se trata de entrar en la conciencia clínica del manejo justo hoy. ¿Estamos preparados para manejar clínicamente la miopía?

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