En cualquier momento de la vida pueden presentarse inconvenientes, y aunque una enfermedad o la pérdida de un ser querido es un tema netamente personal, es importante aclarar cómo puede manifestarse en la vida profesional y esto puede afectar o no el desempeño de la persona.

Más allá de las acciones legales que le permitan al trabajador una determinada cantidad de días por duelo o poder negociar unos días por enfermedad, es importante verlo desde el punto de vista personal y cómo puede la empresa ayudar o a veces empeorar, una situación tan delicada.

Cada persona enfrenta las circunstancias de manera de diferente, si le dan un diagnóstico no muy positivo o pierde a un ser querido, la persona puede deprimirse, entrar en negación o asumirlo. De acuerdo a la actitud que tome, va a jugar un papel determinante en la empresa.

Unos preferirán continuar como si nada estuviera pasando, por necesidad o miedo de perder el trabajo o porque estar ocupado le ayuda a no pensar en la situación, o también porque la negación está presente y aún no ha hecho consciencia de lo que está por vivir.

Otros prefieren atención total, no ocultan sus emociones, desean apoyo continuo y no pueden trabajar ni generar resultados, algunos no quieren saber nada del trabajo y otros encuentran el equilibrio entre lo que están pasando y la responsabilidad de su trabajo.

En cada caso la empresa debe estar presente para generar confianza, entender y saber cuál es la manera como lo está enfrentando el empleado, para llevar el trabajo a su ritmo. Si no quiere descansar, tener un reemplazo y dar algunos días más a cambio de otras condiciones, ya sea días de vacaciones, licencia u otras opciones según las herramientas legales de cada país. Además, hay que tener en cuenta las necesidades económicas si las hay, y llegar a acuerdos que puedan apalancar estas necesidades.

Es importante contar con una persona, ya sea el jefe, un par, compañero de trabajo o un supervisor, que genere confianza y con quien se pueda entablar este dialogo y haga de puente para que la comunicación sea fluida y así poder desarrollar las actividades de la manera más normal posible y para que el empleado se sienta apoyado por la compañía.

Si es posible por parte de la empresa brindar un acompañamiento profesional o en el caso de algunos países por el plan de salud, ayuda psicológica o quizás de parte de la ARL, todo dentro de las opciones legales o las alternativas extras o adicionales que pueda tener la empresa.

Del lado el trabajador es importante tener presente que las empresas deben continuar su actividad independientemente de lo que pueda suceder y si bien, cada empresa tiene mecanismos para apoyar al empleado y continuar sus actividades, hacer consciencia que aunque se puede afectar el trabajo, es trascendental tener presente la responsabilidad como empleado, ser claro y honesto con la empresa acerca de sus emociones y las decisiones que puede tomar y los tiempos que necesita, ya sea para extender la licencia, o buscar un reemplazo temporal o permanente.

Es fundamental encontrar el equilibrio ya que en esos momentos de dificultad es importante estar activo y mantener los ingresos en algunos casos.

ELLA J. ROJAS LLANO
Optómetra ULS Especialista Dirección de Recursos Humanos Universidad Católica Argentina Consultor Certificado BVQI Coach Ontológico. Neurodidáctica

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