Leonardo Del Vecchio, fundador de Luxottica, presidente de EssilorLuxottica y segunda fortuna de Italia, falleció el lunes 27 de junio en Milán a la edad de 87 años.
El empresario llevaba varias semanas en cuidados intensivos en el hospital San Raffaele de Milán, según la agencia de prensa AGI.
Una mirada a su extraordinaria carrera
Nació el 22 de mayo de 1935 en Milán, Leonardo Del Vecchio era un auténtico genio de la óptica. Su historia es una sucesión de éxitos extraordinarios que le han convertido en la mayor fortuna de Italia (por delante de Ferrero) en 2019, y en la mayor empresa de óptica del mundo tras la fusión con Essilor y la adquisición del grupo Grandvision.
Una infancia difícil
Nació en una familia modesta de un barrio pobre de Milán, su padre, vendedor de frutas y verduras, murió seis meses antes de su nacimiento; su madre trabajaba en una fábrica de zapatos. Tiene tres hermanos y una hermana. La vida era difícil.
A los 7 años ingresó en un orfanato dirigido por monjas. Fue un estudiante muy trabajador y obtuvo su certificado escolar a los 14 años. Entonces convenció a su madre para que le diera una bicicleta para buscar trabajo. Comenzó en una pequeña empresa milanesa especializada en metalistería, medallas y sellos. Este conocimiento del metal le sería útil más adelante. Su jefe le inscribió en clases nocturnas en la Academia de Artes, donde aprendió a dibujar. A los 21 años se casó con Luciana, la hija de su familia de acogida en la provincia de Trento. La familia se trasladó a Milán, donde nació Claudio en 1957 y Marisa al año siguiente.
El nacimiento de un gigante de las gafas
Empleado durante el día, también trabajaba por encargo. A partir de ese momento, tuvo un ritmo de trabajo inusual, durmiendo sólo 4 horas por noche. En 1961, con dos socios, creó su primera empresa, Luxottica, en Agordo, en los Dolomitas, donde el terreno fue donado por el municipio y donde trabajaban la mayoría de los fabricantes de gafas italianos.
La empresa suministra componentes para gafas y luego fabrica monturas completas con su propia marca. Luciana Del Vecchio ayuda a su marido a colorear los marcos. Finalmente, se separó de sus dos socios y compró sus acciones, contratando a Luigi Francavilla (futuro director general) y Armando de Pellegrin (futuro director de producción).
En 1971, tuvo la audacia de ir a exponer en la feria de Milán, Mido, donde sus 10 modelos fueron un éxito en un pequeño stand. Esta fue la primera salida de Luxottica. 1970/1980 fueron años de fuerte expansión en Italia, y en la mayoría de los países europeos, y luego en Norteamérica. Ayudada por la debilidad de la lira italiana, las exportaciones representan casi el 75% del negocio de la empresa.
Las fábricas siguieron creciendo en Agordo, pero él siguió muy cerca de sus trabajadores. Compró fabricantes de gafas, en particular Sferoflex, muy conocido por sus bisagras elásticas.
El poder de las principales marcas del mundo
Rápidamente se dio cuenta de que necesitaba marcas. Buscó la licencia de los grandes nombres de la moda, Armani, Bulgari, Chanel, Yves Saint Laurent, etc. Pero uno de sus golpes de genio fue la compra de la mítica marca americana de gafas de sol, Ray Ban, que convirtió en la primera marca del mundo.
Integración vertical
Dos acontecimientos marcan la historia del grupo: en 1990 la cotización en la Bolsa de Nueva York y, en 1995, la compra de la cadena americana Lenscrafters, que supuso el inicio de una política de integración vertical.
La fusión con Essilor
Leonardo Del Vecchio siempre ha soñado con una sinergia entre el mundo de las lentes (gafas de sol y óptica) y el de las monturas. De ahí su deseo de acercarse al número uno del mundo, Essilor. Sin embargo, Essilor, resultado de la fusión con Silor (Lissac), había intentado mantenerse al margen del negocio de la distribución.
La adquisición del grupo neerlandés Grandvision marca un punto de inflexión decisivo y convierte a EssilorLuxottica en la primera empresa óptica del mundo y en el primer distribuidor (casi 15.000 tiendas).
Aunque su carrera comenzó a una edad muy temprana, Leonardo Del Vecchio siempre ha tenido un verdadero interés por las nuevas tecnologías. Nunca se quita la tableta, que le permite controlar constantemente las ventas de cada una de sus marcas en cada una de sus filiales. Su meteórico ascenso no le impide hacer gala de una gran modestia. De hecho, no le gusta ser el centro de atención y es con sus trabajadores, en sus fábricas, donde es más feliz. Solía decir “no es difícil hacer gafas, es difícil hacerlas bien”.
Su legado
Con una fortuna personal estimada en abril de 2022 en 27.300 millones de dólares, deja un legado colosal y sin precedentes en el mundo de la óptica. Huérfano y de origen modesto, logró construir un imperio que abarca todos los continentes.

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