La tecnología también está disponible para la rehabilitación de la discapacidad visual, por esta razón emerge la línea de dispositivos o ayudas electrónicas para estos pacientes. Entre las ayudas más comunes se encuentran las lupas electrónicas; estos artefactos, amplifican automáticamente la imagen del texto a leer y pueden llegar a producir magnificaciones de hasta 30X, bajo las cuales difícilmente llegarían las lupas manuales o los magnificadores de soporte. También vienen con la capacidad de cambiar el contraste de la lectura (negro-blanco, blanco-negro), y capturar imágenes en la memoria, para que el paciente acceda a ellas en el momento que lo requiera. Una ventaja adicional, es que, por sus características, se parecen a la tecnología actual de smartphones y tablets, muy conocidas por la gran mayoría de la población. Cabe resaltar que una desventaja de estos dispositivos, es la necesidad de moverlas constantemente sobre el texto, hecho que podría resultar algo incómodo para los pacientes, pero su pequeño tamaño le agrega la capacidad de ser portátiles y prácticas.1 Ver Figura 1.
Continuando con la variedad de dispositivos electrónicos se tienen las aplicaciones que se pueden descargar en smartphones y tablets, en este caso, se pueden acoplar lupas que llegan a magnificaciones importantes. También existe la posibilidad de modificar el contraste, y algunas de estas aplicaciones tienen un sistema de voz asistida, para que el paciente maneje comandos especiales como por ejemplo para realizar una llamada sin la necesidad de manipular el teclado.
Otro medio electrónico disponible, son los dispositivos de lectura, se trata de artefactos que están diseñados solamente para leer texto, aunque algunos los convierten en voz, a través de sistemas de escáner especiales. También existen sistemas de conexión a bluetooth que le permiten al paciente grabar libros y cambiar la velocidad de la lectura, el volumen y tono de voz. Para el reconocimiento del color, existen dispositivos especiales que detectan una variedad especial de matices e identifican también la luminancia. A través del sistema de salida de voz, le ayudan a la persona a identificar las tonalidades por ejemplo de la ropa, o de objetos cercanos.1,2,3
Los dispositivos electrónicos han abarcado otros campos diferentes a la lectura y especialmente, buscan mejorar la orientación y movilidad para las personas con las deficiencias visuales más severas. En este sentido, se tiene como ejemplo el bastón electrónico plegable. Estos aparatos tienen incorporados sensores ultrasonido que detectan obstáculos en el plano frontal corporal, y en el suelo específicamente. Están equipados con controles que le permiten al paciente dirigir los puntos de los sensores para detectar obstáculos en diferentes ángulos de atención. Esta capacidad está directamente limitada por el alcance del sensor y la posición en la que se dirija. Los diseños más avanzados, han logrado una curva de aprendizaje de tan solo una semana, para que los pacientes se sientan cómodos y seguros al usarlos. Adicional al ultrasonido, también existen diseños de bastón electrónico basados en luz láser e infrarroja, que ayudan a abarcar radios más grandes de distancia, y la detección más fina de diferentes obstáculos. La creatividad ha explorado en la realización de diseños como zapatos con sensores, que alertan al paciente sobre la existencia de obstáculos incluso en diferentes angulaciones que van sincronizados con los movimientos de los pies al caminar. El reporte del obstáculo puede ser visual o mediante vibraciones, a través de la conexión bluetooth con dispositivos celulares móviles, que retroalimentan constantemente al paciente sobre el estímulo que llega a los sensores.1 Ver figura 2.
La investigación ha llegado al uso de la inteligencia artificial para ayudar a los pacientes con discapacidad visual, es el caso de cámaras que se acoplan a la montura del paciente, y tienen la capacidad de identificar y leer textos, reconocer colores, programar rostros conocidos para que los pacientes sean avisados de la presencia de humanos especiales, y según los modelos, también reconocen la denominación de monedas locales.1 Ver figura 3.
El uso de estos dispositivos estará condicionado a las necesidades específicas del paciente, a la capacidad de uso según la edad; es decir, unos pacientes requerirán mayor entrenamiento que otros y, un factor relevante que no debería importar, pero que en los sistemas de salud de algunos países es una problemática, es el gran costo que muchos de ellos acarrean, limitando el acceso a los mismos, teniendo el paciente que asumir su costo.
REFERENCIAS
1. Celik N, Rohrschneider K. Electronic vision aids: New options for rehabilitation of the visually impaired. Ophthalmologe. 2018;115(7):553–8.
2. Taylor JJ, Bambrick R, Brand A, Bray N, Dutton M, Harper RA, et al. Effectiveness of portable electronic and optical magnifiers for near vision activities in low vision: a randomised crossover trial. Ophthalmic Physiol Opt. 2017;37(4):370–84.
3. Crossland MD, Thomas R, Unwin H, Bharani S, Gothwal VK, Quartilho A, et al. Tablet computers versus optical AIDS to support education and learning in children and young people with low vision: Protocol for a pilot randomised controlled trial, CREATE (Children Reading with Electronic Assistance to Educate). BMJ Open. 2017;7(6):1–8.