De las cosas que más han evolucionado en el campo de la salud visual, está el abordaje de la ambliopía. En este sentido, se considera un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por una reducción en la agudeza visual (AV) en uno o ambos ojos, sin que haya una condición ocular subyacente presente. Las posibles causas de esta condición pueden ser un error refractivo elevado, anisometropía, estrabismo, opacidad de los medios oculares o una combinación de las anteriores. La ambliopía puede provocar repercusiones no solo en la agudeza visual (AV), sino también en diversas facetas de la función visual.

No obstante, los ambliopes experimentan diversos deterioros en la visión, además de la reducción en la AV. Estos incluyen afecciones en la estereopsis, los movimientos de seguimiento y sacádicos, la acomodación y los movimientos oculares de vergencia dinámica. Además, se ha establecido una relación con dificultades en la supresión interocular, la localización espacial, la integración visomotora y la estabilidad de la fijación. La presencia de estas deficiencias puede influir en la habilidad de las personas para interactuar de forma eficaz con su entorno, lo que resalta la relevancia de identificar y tratar la ambliopía de manera oportuna.

En el pasado, la ambliopía era clasificada como un trastorno que afectaba un solo ojo. Sin embargo, en la actualidad, se ha redefinido como una especie de discapacidad visual de origen cerebral que afecta la binocularidad. El tratamiento de esta condición involucra varias intervenciones, como la corrección refractiva apropiada, el uso de la oclusión y la terapia visual activa (TVA). Aunque el tratamiento convencional mediante parche ha sido ampliamente utilizado, presenta limitaciones importantes. Entre ellas, se encuentra la dificultad en la adherencia por parte de los pacientes y la persistencia de ambliopía residual en más del 85 % de los casos. Después de un tratamiento exitoso, se ha reportado una recurrencia de la ambliopía en el 24 % de los pacientes, lo que ha suscitado un interés creciente en opciones como la terapia visual activa.

La terapia visual activa, entonces, se define como un método preciso y científico que tiene como objetivo alcanzar una función visual óptima y una binocularidad adecuada. Este enfoque requiere el fomento de destrezas visuales mediante la realización de una serie de ejercicios oculomotores con objetivos muy definidos. La TVA tiene como objetivo mejorar la función visual y abordar los parámetros de visión binocular afectados en pacientes con ambliopía, mediante la combinación de oclusión mínima y extensas terapias visuales y motoras.

En términos de objetivos alcanzables en la terapia visual, se ha sugerido que la estereopsis puede ser aún más importante que un buen nivel de AV para la calidad de vida. En consecuencia, resulta esencial no solo preservar una adecuada AV, sino también dedicarse activamente a la mejoría de la estereopsis, la cual desempeña un papel crucial en la percepción de la profundidad y la interacción con el entorno. Es decir, lograr recuperar a toda costa, la binocularidad.

En este contexto, para mejorar la estereopsis en personas con ambliopía, se requiere enfocarse en varias habilidades visuales y motoras, tales como los movimientos de seguimiento y sacádicos, la coordinación visomotora y las actividades de integración centro-periféricas. Es importante considerar aspectos como la terapia antisupresiva, la integración bilateral, la vergencia fusional y la acomodación sincrónica y efectiva.

En un estudio realizado por Suwal y colaboradores (2024), con el fin de comparar la TVA con la oclusión convencional, los autores indican que ambas metodologías han demostrado ser beneficiosas en el tratamiento de la ambliopía unilateral en niños. Se ha sugerido que los incrementos en la mejoría de la AV en visión lejana, así como en la estereoagudeza con las tres fases secuenciales de la TVA (monocular, biocular y binocular), combinadas con terapias planificadas de seguimiento en casa, superan las de la terapia de oclusión convencional, independientemente del tipo y severidad de la ambliopía. Sin embargo, aunque la ganancia media en AV no mostró diferencias significativas entre los grupos de TVA y oclusión en general, sí se observó un mayor incremento en los niños con ambliopía severa en el grupo de TVA.

El estudio también destaca que las fases secuenciales de la TVA podrían ser un tratamiento prometedor para la ambliopía, mostrando mejoras en comparación con estudios anteriores que usaron terapias binoculares equilibradas. A pesar de que se encontraron resultados inconsistentes en los parámetros de AV y estereopsis, se sugiere que la falta de criterios estrictos para la TVA podría influir en estos resultados, resaltando la necesidad de protocolos homogéneos derivados de consensos y una duración adecuada en las sesiones de terapia.

Finalmente, la investigación señala que el tratamiento de la ambliopía debe centrarse en la recuperación binocular para restaurar funciones visuales de mayor nivel. Aunque los resultados de la TVA fueron prometedores, se identificaron limitaciones en el estudio, como la falta de evaluación de otros parámetros visuales y la necesidad de estudios más amplios para validar la eficacia de la TVA en el tratamiento de la ambliopía. También se menciona que los costos de la terapia visual podrían ser una barrera, lo que sugiere la necesidad de investigar la accesibilidad y la viabilidad económica de estos tratamientos.

En conclusión, el estudio encontró que las fases secuenciales de la TVA resultaron ser superiores a la terapia de oclusión en la estereopsis en niños con ambliopía, aunque no mostraron una ventaja significativa en la AV. Se resalta nuevamente que la TVA es una metodología a tener en cuenta, sin importar el tipo o la severidad de la ambliopía, lo que sugiere su potencial como enfoque eficaz en la rehabilitación visual de los niños.

Adaptado de: 1. Suwal R, Dev MK, Khatri B, Khadka D, Shrestha A, Sharma S, et al. Impact of active vision therapy compared to conventional patching therapy on visual acuity and stereoacuity in children with amblyopia. J Optom. 1 de enero de 2024;17(1).

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