La enfermedad celíaca (EC) es una condición crónica, inflamatoria y sistémica, mediada por el sistema inmunológico, que afecta alrededor del 1 % de la población general. Esta patología es desencadenada principalmente por la ingestión de gluten en individuos con predisposición genética. El curso natural de la enfermedad se caracteriza por la generación de autoanticuerpos dirigidos contra la transglutaminasa tisular, lo que impacta principalmente en el intestino delgado, aunque también se describe que puede afectar a diferentes tejidos fuera del intestino.1-3 

El cuadro semiológico abarca síntomas como diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso inexplicable, anemia y diversas condiciones extraintestinales como miocarditis, neuropatía periférica y dermatitis herpetiforme. Además de los síntomas habituales, diversas investigaciones han señalado la posibilidad de que la EC afecte los ojos, con base en la hipótesis de que los autoanticuerpos podrían dañar los tejidos oculares a través de la acumulación de complejos inmunes o la reactividad cruzada de epítopos antigénicos.1,2

La EC puede provocar diferentes grados de avitaminosis como consecuencia de la mala absorción, lo cual se manifiesta en diversos hallazgos clínicos. La enfermedad de ojo seco se ha asociado con la disminución tanto en la calidad como en la cantidad de lágrimas, así como con cambios en la estructura del epitelio de la superficie conjuntival. La avitaminosis A ha mostrado una frecuencia entre el 7.5 % y el 32.5 % de los pacientes con EC. Esta deficiencia puede provocar nictalopía, xeroftalmia, queratomalacia, queratitis filamentosa y úlceras corneales provocadas, por ejemplo, por la predisposición a queratitis microbiana. Asimismo, se afirma el riesgo de provocar retinopatía, también conocida como fondo xeroftálmico.2

Continuando con las manifestaciones oculares, es preciso destacar que el pseudotumor cerebral es una condición poco frecuente, pero potencial en la EC, en caso de presentarse, la hipertensión intracraneal sería precursora de papiledema, alteraciones en el campo visual, fotosensibilidad y episodios de amaurosis fugaz. También es importante clarificar que el pseudotumor cerebral puede aparecer tanto en condiciones de hipovitaminosis A, como de hipervitaminosis A. Otra alteración relacionada con la EC es la hipovitaminosis D, la cual generaría alteración de la homeostasis del calcio en el cristalino; por esta razón, se incrementa el riesgo de desarrollar cataratas, especialmente del tipo subcapsular posterior.2

En complemento, en pacientes con EC se observa una mayor incidencia de deficiencias de ácido fólico, vitaminas B6, B9 y B12, así como de selenio en comparación con la población general. Estas deficiencias parecen estar también relacionadas con el desarrollo de cataratas. La EC generalmente al provocar diarrea crónica, puede resultar en deshidratación. Esta a su vez, ha sido también vinculada con un incremento en el riesgo de desarrollar cataratas, debido a la acidosis y desequilibrio osmótico, afectando en consecuencia a las proteínas del cristalino.2

La EC se ha asociado con manifestaciones neuroftalmológicas, además, se han documentado casos de baja visión ocasionada por calcificación occipital, incluso en población pediátrica. Esta condición puede resultar en defectos en el campo visual, disminución de la sensibilidad al parpadeo rápido o flicker de las luces y a los colores, así como una marcada reducción en la agudeza visual. Las manifestaciones mencionadas suelen presentarse simultáneamente con epilepsia y podrían estar vinculadas a la deficiencia de ácido fólico o a factores inmunológicos. Se han observado la presencia de anticuerpos contra la transglutaminasa 6 en pacientes con calcificación occipital y EC.2

La neuromielitis óptica es un trastorno autoinmune que se caracteriza por la presencia de mielitis transversa y neuritis óptica. Las manifestaciones clínicas abarcan la pérdida de visión y la presencia de dolor al mover los ojos. También se describe que la uveítis ha sido relacionada con enfermedades autoinmunes y, diversos estudios, han establecido una conexión entre esta patología y la EC. 

Diversas investigaciones han demostrado que seguir una dieta libre de gluten puede tener un efecto positivo en el tratamiento de la uveítis. Además, se ha observado que los individuos con EC presentan una probabilidad más alta de desarrollar uveítis, con una incidencia absoluta de 50 casos por cada 100,000 personas al año, la cual se mantiene elevada incluso tras cinco años después del diagnóstico de la EC.2

En el polo posterior, la EC se ha asociado con un incremento en la probabilidad de padecer hipercoagulabilidad y eventos tromboembólicos. Este riesgo se relaciona con varios mecanismos fisiopatológicos, como deficiencias nutricionales, predisposición genética, presencia de autoanticuerpos trombofílicos, hiperhomocisteinemia, disfunción endotelial y anomalías plaquetarias. En este sentido, es crucial tener en cuenta los riesgos asociados, como la oclusión de la vena central de la retina, la cual ha sido reportada en varios casos.2

Finalmente, se ha descrito que la relación entre la EC y la orbitopatía asociada a tiroides (TAO, por su sigla en inglés) resalta la complejidad de las enfermedades autoinmunes y sus interacciones. Esto sugiere la existencia de mecanismos inmunopatológicos comunes que podrían aumentar la susceptibilidad a la inflamación en la órbita tanto por enfermedad de Graves como la tiroiditis de Hashimoto. Esta asociación podría explicarse por la liberación de citoquinas proinflamatorias como el factor de necrosis tumoral α (TNF- α), interleuquina- 6 (IL-6) y el interferón γ (IFN-γ), que podrían influir en las vías inmunológicas comunes entre estas condiciones autoinmunes.2

REFERENCIAS

  1. De Bernardo M, Vitiello L, Gagliardi M, Capasso L, Rosa N, Ciacci C. Ocular anterior segment and corneal parameters evaluation in celiac disease. Sci Rep. 2022 Dec 1;12(1). 
  2. Fousekis FS, Katsanos A, Katsanos KH, Christodoulou DK. Ocular manifestations in celiac disease: an overview. Vol. 40, International Ophthalmology. Springer; 2020. p. 1049–54. 
  3.   Martins TG dos S, Miranda Sipahi A, dos Santos FM, Schor P, Anschütz A, Mendes LGA, et al. Eye disorders in patients with celiac disease and inflammatory bowel disease: A study using clinical data warehouse. Eur J Ophthalmol. 2022 Mar 1;32(2):1228–35. 
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