En los últimos años, el cuidado de la salud visual ha avanzado de manera significativa, especialmente en la adaptación de lentes de contacto (LC). La tecnología y la investigación han realizado grandes contribuciones que mejoran la práctica clínica. Sin embargo, persisten mitos y concepciones equivocadas acerca de los LC blandos, lo que pueden afectar un abordaje integral hacia el paciente. Aunque la investigación puede requerir hasta 17 años para ser implementada, en la práctica clínica, resulta preocupante que entre el 30 % y el 40 % de los pacientes no reciban tratamientos basados en la evidencia científica actual. (1)

En este contexto, Walsh, Jones y Moody (2022) publicaron un documento en el que analizan los mitos que aún persisten y cómo la evidencia científica los desmiente. Para comenzar, existe un mito frecuente que indica que una mayor transmisibilidad de oxígeno conlleva automáticamente a una mejoría en la comodidad experimentada por el paciente. Sin embargo, la evidencia científica actual indica que incrementar la capacidad de transmisión de oxígeno no necesariamente se traduce en un mayor nivel de confort al utilizar LC. Estudios comparativos han demostrado que no existen beneficios significativos en términos de comodidad al utilizar lentes de contacto de hidrogel de silicona en comparación con lentes de hidrogel convencionales. (1)

Al respecto se afirma que el confort está determinado por diversos factores, como el diseño de los lentes, la configuración del borde, la composición química de la superficie y la interacción con el sistema de cuidado y mantenimiento. Este hallazgo sugiere que, si bien algunos usuarios pueden percibir beneficios al optar por materiales más avanzados, no se puede atribuir esta mejoría únicamente al incremento de oxígeno, lo cual cuestiona la validez de este mito. (1)(2)

Otro mito que merece ser abordado, es que los materiales de hidrogel de silicona (HiSi) son la única alternativa efectiva para asegurar la salud visual y el confort en el uso de lentes de contacto blandos, debido a su mayor permeabilidad al oxígeno. Durante las últimas dos décadas, esta creencia ha llevado a numerosos profesionales a recomendar los lentes de contacto de HiSi como la principal alternativa para todos los pacientes.(1)

No obstante, a pesar de que dichos materiales han mostrado ser efectivos para prevenir complicaciones relacionadas con la hipoxia, un número considerable de usuarios de lentes de hidrogel convencional sigue usándolos con eficacia y seguridad. De hecho, cerca del 25% de las nuevas adaptaciones continúan siendo de material hidrogel, lo cual genera incertidumbre en cuanto a la conveniencia de eliminar por completo este tipo de lentes. (1)

La evidencia científica sugiere que, en pacientes con ametropía de grado leve a moderado, el uso de lentes de hidrogel de uso diario no produce impacto significativo en la fisiología corneal en contraste con los lentes HiSi. Investigaciones recientes han evidenciado que un gran número de usuarios de lentes de hidrogel no manifiestan signos de hipoxia, incluso después de un prolongado periodo de utilización.(1)(3)

Estos hallazgos sugieren que los materiales de hidrogel podrían ofrecer una permeabilidad al oxígeno suficiente para ser utilizados de forma cotidiana. Por otro lado, estudios han demostrado que los hidrogeles no presentan un aumento en el riesgo de complicaciones inflamatorias en comparación con los HiSi. En la práctica moderna de adaptación de LC, los hidrogeles continúan siendo una opción válida y efectiva, a pesar de que los HiSi son beneficiosos para su uso por tiempo más prolongado.(1)(3)

Otro mito común es la creencia errónea de que la sensación de incomodidad que experimentan algunos usuarios se atribuye exclusivamente a la calidad del lente, lo cual conduce a su sustitución automática. Por ejemplo, TFOS (2013) identificó diversos factores relacionados al mantenimiento y adaptación de los lentes que pueden afectar la comodidad. Esto sugiere que la solución a la incomodidad podría depender de la modificación de otros factores, en lugar de solo reemplazar los LC. La importancia de evaluar la salud de los márgenes de los párpados y la calidad de la película lagrimal en la comodidad general del usuario ha sido demostrada ampliamente. Esto subraya la necesidad de realizar exámenes de superficie ocular más rigurosos antes de modificar radicalmente la adaptación de un lente en especial. (1)(4)(5)

En la misma línea de mitos, ha prevalecido la creencia errónea de que las personas con astigmatismo bajo (0.75 D), pueden adaptarse bien al usar lentes blandos esféricos. Esta creencia se basa en la premisa de que un lente blando de mayor grosor podría corregir niveles bajos de astigmatismo o que los diseños asféricos podrían potenciar los resultados visuales en estos casos. (1)

Sin embargo, la evidencia actual ha demostrado que los lentes tóricos proporcionan ventajas importantes en cuanto a la calidad visual y comodidad, incluso para pacientes con un astigmatismo bajo. Investigaciones recientes han demostrado que dichos lentes mejoran tanto la agudeza visual subjetiva como objetiva y aumentan la comodidad, especialmente al realizar tareas frente a pantallas. Diversos estudios, han evidenciado que las tasas de éxito en la adaptación de lentes tóricos contemporáneos son significativas. El mito de que los astigmáticos bajos no requieren corrección completa ha sido desmentido. Actualmente, los profesionales cuentan con una amplia gama de lentes tóricos que ofrecen resultados clínicos excelentes en pacientes con cilindros bajos, evitando síntomas como cefalea e incomodidad asociados a pequeños cilindros sin corregir. (1)

En conclusión, con el tiempo, la evidencia clínica ayudará a desmentir mitos y a establecer prácticas basadas en la evidencia. La actualización constante de los profesionales en este sentido es crucial para brindarle a los pacientes la mejor orientación posible.

Referencias

  1. Walsh K, Jones L, Moody K. Addressing common myths and misconceptions in soft contact lens practice. Vol. 105, Clinical and Experimental Optometry. Taylor and Francis Ltd.; 2022. p. 459-73.
  2. Stapleton F, Tan J. Impact of contact lens material, design, and fitting on discomfort. Vol. 43, Eye and Contact Lens. Lippincott Williams and Wilkins; 2017. p. 32-9.
  3. Moezzi AM, Varikooty J, Luensmann D, Schulze MM, Ng A, Karkkainen T, et al. The short-term physiological impact of switching reusable silicone hydrogel wearers into a hydrogel daily disposable multifocal. Clinical Ophthalmology. 2019;13:1193-202.
  4. Jones L, Brennan NA, González-Méijome J, Lally J, Maldonado-Codina C, Schmidt TA, et al. The TFOS International Workshop on Contact Lens Discomfort: Report of the contact lens materials, design, and care subcommittee. Invest Ophthalmol Vis Sci. 20 de septiembre de 2013;54(11).
  5. Siddireddy JS, Vijay AK, Tan J, Willcox M. The eyelids and tear film in contact lens discomfort. Contact Lens and Anterior Eye. 1 de abril de 2018;41(2):144-53.

 

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