En varias ocasiones, los especialistas de lentes de contacto se enfrentan a situaciones en donde los pacientes requieren de lentes personalizados, más allá de los parámetros estándares que hay en el mercado, para lograr una adaptación adecuada.
En varias ocasiones, los especialistas de lentes de contacto se enfrentan a situaciones en donde los pacientes requieren de lentes personalizados, más allá de los parámetros estándares que hay en el mercado, para lograr una adaptación adecuada.
En general los profesionales utilizan los lentes de contacto con parámetros promedio por ejemplo curvas bases de 8.6, 8.5 o diámetros 14.0, 14.2 o 14.5 y con este material hacen la adaptación, pero cuando hay pacientes con parámetros diferentes, el profesional se debe decidir por una opción personalizada. La Dra. Karla Aguirre Burgos, optómetra y docente en la universidad metropolitana del Ecuador expresa: “En esas ocasiones los especialistas deben tener en cuenta los parámetros para hacer la adaptación correcta y que el paciente se vaya cómodo, porque es muy común que ellos regresen con inconformidad”.
Si los lentes blandos convencionales no le quedan al paciente no se le debe cerrar la opción y decir que no es apto para el uso de LC, hay que parametrizar de la mejor manera posible. El especialista debe evaluar las características específicas de cada paciente, pero si tiene limitaciones con respecto a los aparatos tecnológicos, es de vital importancia que se evalúe el diámetro horizontal del iris visible, para que el lente no quede muy ajustado.
El Dr. Alejandro Lalama Guerrero, especialista en pedagogía educativa y lentes de contacto de Ecuador, explica como hace la personalización de los lentes de contacto en su lugar de trabajo: “Acá en la clínica, se maneja la idea de personalizar los lentes con base en los parámetros que brindan los equipos tecnológicos. Nosotros podemos evaluar la superficie ocular, valorar el diámetro horizontal del iris visible para calcular el diámetro recomendado para el paciente, la curva base, con topógrafo o queratómetro y dependiendo de la regularidad de la córnea ver si se adapta un espesor estándar o se coloca un lente más grueso para corregir el astigmatismo.
Por lo general se tiene una secuencia de parametrización: diámetro total, se mide el diámetro horizontal del iris visible; selección de la curva base, se pueden utilizar como guía las queratometría o para mayor información, la topografía corneal, el espesor del lente según el astigmatismo que presente el paciente, decidir el material en función de la transmisibilidad de oxígeno y el remplazo. Así se busca el LC que más se adapte al paciente.
Los laboratorios que personalizan lentes utilizan un software, para poder hacer el cálculo de la refracción inicial versus lo que se coloca en el lente de prueba y la sobrerefracción, para tener un resultado final adecuado.
La experiencia de los doctores Karla y Alejandro en la aceptación de estos lentes de contacto es positiva, solo una persona de cada 100 de los pacientes que ellos atienden presentan deserción, por diferentes circunstancias de molestias.