“Y DIJO ELOHIM: SEA LA LUZ”. USOS CURATIVOS DE LA LUZ A TRAVÉS DE LOS OJOS

Como humanos, pensamos y creemos -muchas veces ciegamente-, que todo se nos ha sido presentado o explicado de forma verdadera, clara e inequívoca, especialmente si viene del mundo de la academia. Asumimos que el conocimiento que emana de las ciencias ha quedado establecido inamovible o incontrovertible, aunque haya cientos de ejemplos en la historia que nos hayan demostrado lo contrario (…)

En nuestro campo específico de conocimiento, es preciso recordar las, quizás, tediosas cátedras de fundamentos de óptica física y óptica fisiológica, los cuales tienen un gran origen: la LUZ.

Johan Sebastián Riaño Gómez

La LUZ, un tema que podría unificar gloriosamente a la ciencia, la filosofía y a la teología…y, es por esto que resulta interesante para cualquier profesional de la salud visual, volver la mirada al principio de la visión: la LUZ. Y es que, es esta así mismo, el principio de la vida y el sustento de toda forma de vida en la Tierra; y, todos los seres actuamos y desarrollamos nuestra participación movidos y sincronizados por la presencia o ausencia de ella.

Y ¿qué es la LUZ? Energía en forma de ondas, partículas o corpúsculos, nada más… aunque fuese creada por EL Creador, asumimos por dogma o por escrituras que Dios es LUZ…y así mismo, Jesucristo –“la LUZ del mundo”, nos recordó: “vosotros sois la LUZ del mundo”. (Evang. según Mateo 5, 14)

En nuestro mundo físico, la luz del Sol puede ser la energía más influyente en la manutención de la vida y en el desarrollo de la humanidad también, si tenemos en cuenta que la mayor parte de nuestras experiencias adaptativas y de aprendizaje son procesadas a partir de la recepción de luz en nuestros ojos para el fenómeno visual…pero, aunque bien sabemos que lo que percibimos corresponde al espectro de luz visible, cabe acotar ahora algunos hallazgos científicos que han reconocido que la luz que entra por los ojos sirve tanto para funciones visuales, como no visuales, por ejemplo: estimulación del hipotálamo y la glándula pineal, para así ejecutar la activación del sistema nervioso autónomo, coordinación de ciclos biológicos y regulación del sistema endocrino.

Esta conexión neurológica fue observada empíricamente desde 1920 hasta la década del cincuenta, sin embargo, no fue sino hasta finales de los años 70 que se comprobó de forma concluyente por Fritz Wollwich, autoridad internacional, investigador, autor y profesor emérito de oftalmología de la Universidad de Munster en Alemania, quien fue el primero en demostrar que los efectos estimulantes y reguladores de la luz en el cuerpo humano tienen lugar por medio de los ojos.

Hoy se reconoce que la glándula pineal juega un rol importante en cada aspecto del funcionamiento humano. Actúa como “regulador de reguladores” segregando y distribuyendo su potente hormona: la melatonina.

Ahora bien, esto valida lo que civilizaciones antiguas comprendían acerca del efecto de la luz en el cuerpo humano y sus funciones, concentrando y modificando su ingreso a través de los ojos para incidir en el estado de salud, así como el conocimiento –intuitivo o revelado- acerca de la glándula pineal, llamada el “tercer ojo” por yoguis de la India, “el esfínter del pensamiento” por los griegos o el “asiento del alma” por Descartes en el siglo XVII.

Saltando de nuevo en el tiempo y de otro punto de vista, no podemos olvidar la influencia del color en los estados emocionales del ser humano, la cual ha sido observada y estudiada desde la antigüedad, pasando por las teorías del color (Goethe, Von Helmholtz) hasta los hallazgos más modernos acerca de la relación del color con el sistema nervioso autónomo (S.V. Krakov) o los estudios sicológicos que evaluaron diferentes efectos producidos por la luz de color sobre las funciones sicofisiológicas (Robert Gerard).

Gracias al intenso y luminoso afán de la mente humana-universal, estos hallazgos y atributos fueron conectándose en diversos campos de estudio y lugares del planeta, encausando así una gran corriente que nunca cesó de fluir -o de irradiar, tal como la misma LUZ-, dando así a luz a propuestas terapéuticas y curativas, y además, a investigaciones cada vez más avanzadas en el campo del uso de la LUZ, tales como las de Seth Pancoast M.D. (quien usó la luz del sol filtrada con azul y rojo, para acelerar y sedar el sistema nervioso y crear equilibrio orgánico en 1877), Edwin Babbit M.D (quien publicó su libro ThePrinciples of light and color, la obra de estudios sobre luz y color más destacable de su tiempo en 1878), Nils Finsen “El padre de la fotobiología” (quien usó la luz terapéuticamente, basado en el descubrimiento de la producción de vitamina D , en 1890), Dinshah Ghadhiali (quien fundó el Instituto de Espectrocromía, donde obtuvo enormes resultados curativos, aplicando luz filtrada mediante 12 filtros de frecuencia específica en áreas reflejas del cuerpo sobre la piel, tal como actúa el masaje terapéutico y la acupuntura, en 1920), hasta finalmente encontrarnos con Harry Spitler, quien a partir de 1927 aplicó los mismos fundamentos de luz y color directamente en los ojos, obteniendo fabulosos resultados en la mejoría de funciones visuales “como resultado de armonizar las principales funcione sustentadoras y reguladoras del cuerpo, poniéndolas en equilibrio con el medio ambiente”, creando así la Sintónica: ”una rama de la ciencia oftalmológica que se ocupa de porciones seleccionadas del espectro de luz visible, como elemento terapéutico”, y fundando en 1933 el Colegio de Optometría Sintónica, como centro de investigación y capacitación, en los Estados Unidos, y publicando en 1941 su tesis The Syntonic Principle, la cual se constituyó en el texto definitivo del nuevo método.

A pesar de que dichas contribuciones tan brillantes, lograron efectos y alcances visibles, e incluso aceptación en comunidades médico-científicas; el descubrimiento de la Sulfanilamida por el bioquímico alemán Gerhard Domagrk (premio Nobel a finales de la década de los 30), condujo a una era de predominio farmacológico que ensombreció el surgimiento de las terapias con Luz.

Sin embargo, el Colegio de Optometría sintónica continuó sus investigaciones y avances, y actualmente ofrece conferencias anuales sobre las constantes evoluciones en el campo de la fototerapia ocular.

Hemos visto así mismo, como en el siglo XXI diversas propuestas y terapias dentro del concepto de Medicina Holística, toman cada vez mayor aceptación, mejores resultados y, si se quiere, una coherencia con la fuerza, la armonía y la gracia de la VIDA, en un tiempo que, aunque parezca seguir oscureciéndose, se revela poco a poco un resurgir de saberes y verdades, así como el despertar de la consciencia en muchas almas, sintonizándose con el amor del Eterno, y reflejándolo, como la Luz del Sol.

*Este artículo, es un ensayo basado en el libro Ligth: Medicine of the future, del Dr. Jacob Liberman O.D., a quien le agradezco haber aparecido en el momento justo, para enfocar mi búsqueda profesional. Este libro está disponible en plataformas de venta por internet.

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