Andrea Monteleone es una mujer argentina apasionada por su profesión quien además de ser optómetra, ha sido maestra y ha visto de primera mano los problemas visuales de sus alumnos, por lo que decidió enfocar su práctica profesional en ellos y generar conciencia en el cuidado de la salud visual de los niños a través de varios proyectos.
Actualmente, es la coordinadora de la carrera de Optometría en ISSEM en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Es docente de varias cátedras entre ellas Visión Binocular, Estrabismo y Clínica III. Es miembro de IACLE-SLS-ALDOO (comité de educadores). Tesorera de CLIO (Consejo Latinoamericano de Investigación en Optometría), miembro de IPEC, Centro de Capacitación Profesional en LC. Bs.As, Argentina y de la comisión directiva de APO (Asociación profesional de optómetras de Argentina).
Ha sido disertante en numerosos congresos nacionales e internacionales y tiene práctica privada en el Centro Óptico Márquez en Argentina.
Los periodistas de Franja Visual decidieron entrevistarla para dar a conocer su trabajo en beneficio de la salud visual de la niñez.
Franja Visual (F.V.): ¿Por qué decidió estudiar Optometría?
Andrea Monteleone (A.M.): Después de terminar el colegio empecé a trabajar en docencia en la escuela primaria, ya que mi colegio me permitió la doble titulación por jornada extendida, y allí me di cuenta de los problemas visuales que tenían mis estudiantes, esto me inspiró para estudiar óptica y contactología en Argentina. Mientras hacía la especialidad, comprendí que había más que saber, entonces empecé a investigar sobre la Optometría, ya que era una carrera muy nueva en el país y me llamó mucho la atención que en otros países estaba totalmente establecida, y eso también generaba un desafío, así que ese fue el momento… justo antes de terminar la especialidad en contactología, en el que decidí seguir estudiando Optometría. Una vez que empecé tomé conciencia que tuvo que haber sido al revés, primero Optometría y luego la especialidad, pero bueno… era el plan de estudio que había en ese momento. La verdad fue que me encantó desde el día uno.
F.V.: Y después decide especializarse en Pediatría
A.M.: Mientras estaba estudiando Optometría seguía trabajaba como docente, entonces empecé a darme cuenta que había ciertas dificultades oculares en los niños y los padres no encontraban un lugar en donde un especialista en Optometría pediátrica los atendiera.
Incluso cuando cursé Optometría pediátrica noté que era un campo nuevo y que era diferente la atención pediátrica versus la atención de un adulto y sabía también que mi formación en psicopedagogía me iba a ayudar también para atender a los niños.
Al principio solamente compraba y leía libros sobre el tema, porque no tenía manera de formarme en el país; no había especialidades en ese momento y apenas pude viajé para hacer la especialidad de Pediatría y Visión binocular en la Universidad de Valparaíso en Chile. Era un campo sin explorar prácticamente en Argentina y entendí que se ayuda un montón no solo a los niños sino a toda la familia.
Después decidí profundizar mis estudios de salud visual en The New England College of Optmetry-newco en Boston, EE. UU. y posteriormente realicé un diplomado en Pediatría en la Universidad de La Salle en Bogotá, Colombia.
F.V.: Actualmente hay una gran preocupación con lo que está pasando en el contexto de la pandemia con respecto a la salud general y ocular de los niños. Usted ha liderado diferentes actividades desde las universidades y desde las asociaciones gremiales. ¿Qué es lo que están trabajando actualmente en ese sentido?
A.M.: El cuidado de la salud visual sobre todo en los niños y adolescentes siempre fue un tema importante tanto para las universidades como para las asociaciones gremiales a las que pertenezco y el año y medio de pandemia sacó a la luz bastantes problemas visuales que quizá antes no eran totalmente percibidos. Así que se está haciendo un trabajo en conjunto apoyado por la APO (Asociación Profesional de Optómetras) para educar e informar a los padres sobre lo que deben observar en sus hijos y, a los docentes en los colegios, para que conozcan cuáles son los problemas para poder informarle a la familia, y por otro lado se hacen tamizajes desde la primera infancia para detectar errores refractivos, anomalías acomodativas, binoculares o alguna patología.
Lamentable por la pandemia y todas las cosas que están pasando en este momento se tuvieron que suspender, pero creo que va a continuar a partir del 2022.
A nivel gubernamental los Ministerios de Salud y Educación de Argentina están lideraron una mesa de trabajo para fortalecer acciones orientadas a la atención de salud de la adolescencia y primera infancia. Preocupados por las consecuencia de la pandemia y la situación de aislamiento en la salud de muchos niños y niñas, a quienes no se les realizaron controles por lo que aparecieron o se agravaron algunas situaciones de salud.
En este marco, se comenzó un ciclo de encuentros virtuales para la recuperación y el cuidado de la salud integral de los niños en edad escolar. En agosto se hizo un webinar que se focalizó en la salud visual de los niños y adolescentes. Esto se ha hecho en conjunto con pediatras, psicólogos y profesionales de la salud visual para reflexionar en las familias los daños producidos por la pandemia, las deficiencias que se encontraron durante este tiempo de confinamiento y también se analizó la situación actual de la miopía en la niñez.
F.V.: ¿Actualmente está realizando algún proyecto de investigación relacionado con la salud visual de los niños?
A.M.: En febrero se organizó el Consejo Latinoamericano de Investigación en Optometría CLIO donde más de 15 países y casi 28 universidades se unieron para empezar a hacer proyectos conjuntos. Hoy por hoy estamos trabajando en un proyecto de investigación que abarca toda Latinoamérica, donde justamente una de esas líneas de investigación es identificar los errores refractivos en la población pediátrica.
Se truncó una campaña muy interesante que estaba apoyada por el Rotary Club de Santa Cruz de la sierra en Bolivia en colaboración del Dr. Héctor Santiago, el Issem la institución donde yo soy la coordinadora de carrera y Fundaciones de Leones, para abarcar a una zona puntual y significativa en los primeros años de escolaridad.
Por otro lado, dentro de Argentina, existe un plan que estaba medio dormido donde se empezó a hacer webinars de información apuntada a la salud vidual para la comunidad y docentes y desde APO empezamos a hacer campañas para ser divulgadas para toda la comunidad por medio de redes sociales, compartir en los locales y hacer folletos para entregar a los pacientes.
F.V.: ¿Cuál fue su objetivo cuando empezó a trabajar en ISSEM de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia?
A.M.: Formar profesionales que puedan ser replicadores y profesores dentro del instituto.
Además, al igual que en Argentina salimos a hacer campañas de salud visual con los chicos que están es sus prácticas pre profesionales; son proyectos que se organizan y arrancan a mitad de marzo generalmente y que por el momento están suspendidas pero esperamos empezar nuevamente.
F.V.: ¿Cree que aún hay falta de conciencia e información en la mayoría de personas acerca de la salud visual en los niños?
A.M.: Sí. Nosotros hicimos una campaña en el 2019 que abarcó casi todos los colegios primarios de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia y zonas aledañas. Nos sorprendió saber que más del 70% de los chicos que atendimos nunca habían tenido un control visual y no estamos hablando de zonas aisladas o de bajos recursos, simplemente no se hicieron por desinformación.
F.V.: ¿Qué pueden hacer los profesionales de la salud visual desde sus consultorios y ópticas para acercarse a los consumidores?
A.M.: Por un lado, trabajar mucho con las redes sociales, bien sea que tengan óptica o no, ya que son un punto de llegada muy importante para la comunidad. Por otro lado, hay algo que suelo hacer y que realmente me ha dado buenos resultados; generalmente cuando termino de atender a un adulto le pregunto si tiene hijos, qué edad tienen esos chicos y sí ya fueron controlados y, lo sorprendente, es que la mayoría me dice que no les han hecho su control visual todavía y ese es el momento oportuno para comunicarles que es necesario y que se debe repetir una vez al año.
F.V.: ¿Tiene un proyecto futuro en donde esté presente la salud visual de los niños?
A.M.: Como proyecto personal, en este momento estoy abriendo un consultorio destinado únicamente a terapia visual, este es un proyecto personal bastante importante para mí.
F.V.: ¿Cómo reparte su tiempo entre la vida familiar y profesional?
A.M.: Es complicado. En realidad tengo mi propio consultorio y óptica en Argentina, estoy dando clases por zoom en este momento y haciendo dos cursos. Me voy organizando… cuando uno hace los que le gusta busca el tiempo. Además, tengo 2 hijos, así que los levanto en la mañana, preparo el desayuno, los llevo al colegio y después me voy a trabajar.
F.V.:¿Qué mensaje le deja a la población de América Latina?
A.M.: Yo insisto siempre en lo mismo: educación. Nosotros llegamos a la población con este pequeño granito de arena, preguntar a los pacientes si tienen hijos y si los han revisado. Por otro lado, cada vez que viene un nene a consulta o un adolescente, insistir en que al año tiene que volver a controlarse, que no importa sí está todo bien hoy, el año que viene tiene que hacer control. Con esto, hacemos un gran cambio.
La educación y la información a la comunidad es lo que tenemos más al alcance de la mano y me parece que es fundamental sobretodo en América Latina, donde la cultura de hacer los controles periódicos no está todavía incorporada.