Actualmente no hay evidencia que sugiera que exista un mayor riesgo de infección por coronavirus por el uso de lentes de contacto. Los usuarios pueden seguir usando sus lentes, siendo más conscientes de la importancia de su buen mantenimiento. Como sucede con nuestras vidas, ahora es muy importante seguir las recomendaciones de aseo y asepsia.
La Academia Americana de Oftalmología da las siguientes recomendaciones para que los profesionales proporcionen a los pacientes usuarios de lentes de contacto (LC):
– Lavar las manos con abundante agua y jabón y secarlas con una toalla sin pelusa antes de manipular los LC.
– Quitarse los lentes antes de bañarse.
– No enjuagar ni almacenar los LC en agua (agua corriente o estéril).
– No meter los lentes en la boca para humedecerlos.
– Usar la solución desinfectante recomendada por el especialista. No usar solución salina o gotas humectantes para desinfectar los lentes.
– Seguir el horario de uso y reemplazo de los LC, dado por el especialista.
– Usar el método de “frotar y enjuagar” para limpiar los LC. Frotar los lentes de contacto con los dedos, luego enjuagarlos con solución antes de remojarlos. Usar este método incluso si la solución que se usa es una variedad “sin fricción”.
– Enjuagar el estuche del lente de contacto con una solución fresca, no con agua. Reemplazar el estuche con frecuencia, ya que pueden ser una fuente de contaminación e infección. No utilice estuches de lentes agrietados o dañados.
– No reutilizar la solución anterior ni “rellenar” la solución en el estuche para lentes.
– No transferir la solución de lentes de contacto a recipientes más pequeños de tamaño.
– No permitir que la punta de la botella de solución toque ninguna superficie. Mantener la botella bien cerrada cuando no esté en uso.
– Nunca usar los lentes después de guardarlos durante 30 días o más sin desinfectarlos nuevamente.
Recuérdele a su paciente que evite tocarse los ojos, especialmente en entornos de alto riesgo.